viernes, 20 de abril de 2012

Les quitan a sus hijos por seguir a Jesús


Beniam, un converso al cristianismo al igual que su esposa han pagado un alto precio por seguir a Jesús, porque Demissie* (papá de Beniam), un fiel musulmán y al darse cuenta que su hijo y su nuera, habían apostatado del Islam para convertirse en cristianos, este, decidió llevarse a sus nietos y alejarlos de sus padres.

“Ni cuando te mueras iré a tu funeral, ya no eres mi hijo, usted está muerto para mí”, le dijo Demissie, a su hijo Beniam.

“Mi padre vio a mi hijo leer mi Biblia, y le preguntó qué era”, dice Beniam, quien es ahora un seguidor de Cristo que vive en una zona densamente musulmana en la región del Cuerno de África. “Mi hijo le dijo que era mi Biblia, y mi padre se enojó mucho”.

Demissie, le dijo a Beniam que no permitiría que sus nietos fueran criados por un infiel, así que se llevó a sus nietos: Lamentablemente Beniam, no ha visto a ninguno de sus hijos en varios meses, sin embargo, él piensa todavía que todo el mundo debe tener una ejemplar de Biblia.

“Yo sé lo que es verdadero y una vez que sabes lo que es verdadero, no puedes volver atrás. [Mi esposa y yo] hemos decidido recorrer el camino de Jesús y nosotros no vamos a volver atrás, incluso si nuestra familia nos dice que renunciemos”, dice. “A pesar de que ha tomado a mis hijos, y aunque ha dicho que estoy muerto para ellos, todavía estoy diciéndole a la gente que se acerque a Jesús. Todavía ando obsequiando Biblias a aquellos que quieran leer”.

Beniam, dice que Jesús es el camino a la salvación y es muy diferente a los otros profetas. “Los caminos de los otros profetas son el camino del mundo y no llevan a ninguna parte. Sólo el camino de Jesús conduce a Dios”, dice. “Jesús nació del Espíritu de Dios, las cosas que hizo, nadie más las hizo, Él sanó a la gente y levantó muertos, en su amor, Él se acercó a las personas indignas para amarlos”, Beniam.

“Una noche, tuvimos un grupo de prostitutas en nuestra casa y la invitamos a ver una película sobre Jesús”, dice Beniam. “En un momento dado, Jesús extendió su mano durante uno de sus sermones y tocó a una prostituta”.

“Una de las mujeres prostitutas se levantó de un salto y comenzó a gritar. Ella dijo, ¿Cómo podía haberla tocado? ¿Cómo pudo este hombre santo haber tocado a esta mala mujer? Ella dijo que la historia no podía haber sido cierta, porque ningún hombre de Dios, jamás toca a una mujer así”, cuenta Beniam.

La mujer se fue abruptamente. Pero más tarde, Beniam y su esposa fueron capaces de compartir con ella que Jesús tocó a la mujer porque la amaba. “Cuando se dio cuenta de que Él era capaz de amar a esta mujer, ella dijo: “Yo voy a darle la espalda a mis pecados y no voy a prostituirme más”. Ella ahora está siguiendo el camino de Jesús”, dijo Beniam.

Muchas personas han creído en Jesús y ahora se reúnen en la casa de Beniam para recibir estudios bíblicos una vez a la semana por la noche. “Siempre que tenemos una pregunta, abrimos la Biblia y encontramos la respuesta”, dijo Beniam, quien extraña a sus hijos, pero ora por sus almas, para que busquen la verdad de Jesús.

Él continúa compartiendo el Evangelio con los demás. “Oren por nosotros que hemos recibido el amor de Dios, porque somos capaces de compartirlo con los demás”, dice Beniam.

* Nombres cambiados por motivos de seguridad que realizó Ava Thomas es un escritor / editor de la Junta de Misiones Internacionales con sede en Europa.

Para los judíos, creer en Jesús no significa dejar de ser judíos


Los judíos mesiánicos consideran que siguen siendo judíos y han ‘completado’ su fe al creer en Jesús.

Los judíos mesiánicos, aquellos que aceptan a Jesús como el Mesías -el ungido de Dios- forman comunidades en muchos países, incluyendo Israel, y se reúnen en las llamadas ‘sinagogas mesiánicas’.

Estados Unidos es uno de los países con comunidades mesiánicas más fuertes, de las cuales salen misioneros para otras partes del mundo. El rabino Yosef Harvey Koelner, de la sinagoga Beth Avinu, en Florida, explica que aunque su rito es muy parecido al tradicional, con lecturas y cánticos de la Biblia, la diferencia fundamental es que "los ortodoxos todavía están esperando al Mesías y no creen que Y'shua -como se llama a Jesús en hebreo- es el Mesías".

Añade que los ortodoxos "creen que adorar a Y'shua como el Mesías es idolatría, porque su doctrina dice que un hombre no puede ser igual a Dios".

El rabino hace referencia a que Jesús era judío y predicaba en las sinagogas, donde relataba sus parábolas y salía al paso de los desafíos que le presentaban los fariseos. La mayoría de los judíos de la época de Jesús no creyeron en él porque no vieron cumplirse las profecías tal como ellos las entendían: esperaban un rey que los liberara del yugo romano. Para ellos, Jesús es un personaje histórico, pero ni siquiera es un profeta, tal como lo reconocen los musulmanes.

FE COMPLETA

En el altar de la sinagoga está la Torá –en hebreo- y el Pentateuco, es decir, los cinco primeros libros de la Biblia, escritos por Moisés. El rabino Koelner explica que los judíos mesiánicos no se consideran cristianos, como el resto de denominaciones o grupos que siguen a Jesús, en el sentido de que siguen siendo judíos y han ‘completado’ su fe al creer en Jesús. "Al principio todos los creyentes eran judíos o gente que asistía a la sinagoga. El contexto del Nuevo Pacto -el Nuevo Testamento- es judío", dice Koelner.

"Durante el primer siglo después de Cristo había mucho interés en el judaísmo en el mundo romano y muchos en las sinagogas estudiaban las escrituras hebreas", señala el rabino. Se sabe que Pablo fue quien predicó el Evangelio a los gentiles, es decir, los no judíos.

El rabino explica que pronto la creencia en Jesús empezó a acomodarse a las circunstancias. El emperador Constantino, convertido al cristianismo, cambió el día de fiesta semanal "porque en el mundo romano había muchos paganos que adoraban a su dios el domingo, día del sol". En esos tiempos, se impusieron reglas "para subyugar a los paganos" y convertirlos al cristianismo, afirma.

MANTENER LA CULTURA

Creer en Jesús no significa para los mesiánicos cambiar de religión ni abandonar su cultura. "Como judíos mesiánicos es nuestro deseo mantener nuestra cultura, costumbres y creencias , y celebrar el Shabbat -el sábado, el día sagrado-, porque Y'shua dijo que vino a los corderos de la casa de Israel", explica el rabino.

En su opinión, lo que ocurrió cuando se institucionalizó el cristianismo en Roma -el actual catolicismo- es comparable con el sincretismo religioso que se dio en América Latina con la llegada de los europeos, con lo cual santos y vírgenes tienen su equivalente en creencias indígenas o cultos africanos.

"Cuando yo era estudiante en México, había una iglesia católica sobre una colina, pero descubrieron que fue edificada sobre un templo azteca. Fue para subyugar a los indios, que continuaron adorando a su dios en el mismo lugar pero cambiando la forma de su templo. Casi en todos los países de Centro y Sudamérica hay una virgen, porque los dioses de los aztecas, mayas e incas los reemplazaban", relata.

RECHAZO DE LOS ORTODOXOS

El judaísmo mesiánico no es reconocido por el judaísmo tradicional. La relación entre ellos es "de odio", afirma con tristeza Koelner. Richard, uno de los feligreses de la sinagoga que él lidera en Florida, agrega: "No sólo no existe una relación, sino que hay mucha división: los ultraortodoxos no aceptan al resto de los judíos, que consideran ciudadanos de segunda clase".

Koelner nació en Chicago y creció como judío ortodoxo. A los 19 años tuvo una experiencia espiritual que terminó haciéndolo creyente en Jesús y que años después lo llevó a formar parte del judaísmo mesiánico. Ha tenido la experiencia de vivir en Israel, país que considera su patria, pero uno de los problemas de los judíos mesiánicos es que en Israel no hay división entre Estado e Iglesia. "Según la ley rabínica soy judío, pero según la ley de inmigración no, porque cambié de religión y no tengo derecho a vivir en Israel automáticamente".

"Es difícil, porque mi corazón está allá, es mi tierra. En EE.UU. me siento como pez fuera del agua. Estoy esperando el permiso del Ministerio del Interior desde 2008. ¿Por qué? Porque creo en Y'shua. Me duele mucho", añade.

EL JUDAÍSMO MESIÁNICO

Esta fe como tal surgió en el siglo XIX en Londres como un movimiento judío-cristiano y paralelamente en Hungría, mientras que en 1915 se organizó en EE.UU. y en 1925 a nivel internacional. Para la década de 1960 se renovó en este último país con el nombre de judaísmo mesiánico.

La congregación en Florida, liderada por el rabino Koelne, está integrada por judíos ortodoxos que aceptaron a Jesús, israelíes, afroestadounidenses e hispanoamericanos, desencantados de la Iglesia católica, evangélicos y personas que están descubriendo sus raíces judaicas, que se remontan al descubrimiento de América.

"En América Latina hay un interés tremendo, porque mucha gente está descubriendo sus raíces judías", comenta, mostrando un libro con los apellidos españoles de origen sefardí, los judíos que fueron expulsados por los Reyes Católicos antes del primer viaje de Cristóbal Colón.

"Hay muchos libros sobre la historia de América Latina y se sabe que de judíos se mudaron al nuevo continente, al principio a Brasil y al norte de México y el Mar Caribe", concluye.